Rozo sus labios con su pulgar con mucho cuidado, como si fuera algo frágil. Aquella casa del árbol había sido su escondite, su lugar de juegos desde hace más de 10 años.
-Tanto sin querer admitirlo -murmuró el chico de ojos miel -¿me quieres? -pregunto inocente, a sabiendas de la respuesta y aun así con ansias de escucharla
-No. -respondió la chica, sus ojos verdes se veían tan sinceros... ¿no? La chica rió levemente -Te amo -susurró. El chico rió también, e inseguro, se acercó más a su rostro.
Y hoy, esa casa del árbol. es testigo del inicio de una nueva relación entre ellos
-Tanto sin querer admitirlo -murmuró el chico de ojos miel -¿me quieres? -pregunto inocente, a sabiendas de la respuesta y aun así con ansias de escucharla
-No. -respondió la chica, sus ojos verdes se veían tan sinceros... ¿no? La chica rió levemente -Te amo -susurró. El chico rió también, e inseguro, se acercó más a su rostro.
Y hoy, esa casa del árbol. es testigo del inicio de una nueva relación entre ellos
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