"Eramos" es la palabra clave en la frase.
Sé que no lo quieres admitir, que te cuesta ver la realidad siempre que te golpea, que te grita "¡Mira lo que ha sucedido!" La realidad es que se acabo. Saludar es cortesía, y platicar también. Que, bueno, platicar se volvió en algo inusual. No es mera cortesía tal vez, te sigo queriendo, y te sigo considerando alguien importante que hubo. Pero ya no alguien que sigue ahí, que tengo la confianza que seguirá ahí.
Dijiste cosas que por mínimas que fueran, y a pesar del estado en el que estabas siempre que las decías, les tomé importancia y me hirieron. No fue tanto lo que dijiste, si no con la facilidad que lo dijiste, lo honesto y crudo que sonó; y lo inmaduro que fuiste. Me dolió saber que ya no podría jamás volver a confiar en ti, que ya no podía llorar contigo, decirte mis problemas. Ya me cansa contar y volver a contar que en un día todo se fue por la borda, que, decidiste decirme las cosas así, sin amortiguadores. Ya no sé si vale la pena intentar recuperar algo de la amistad que fue, yo ya la considero terminada. No lo quieres ver, no quieres darte cuenta que ambos la regamos increíblemente, porque no estoy libre de pecado. Pero me decepcioné mucho, solo ya... no puedo.
Creí que este semestre estaría triste porque es el último que estamos todos juntos "como hermanos", pero, ahora estoy feliz, porque antes de que pasara más tiempo la realidad me dijo que creía en la gente equivocada, así que ya no me importa si nos vemos diario, o nunca.
Creo que desde antes ya me había sentido insegura, ese día que me viste mal y me seguiste regañando. Tal vez ahí fue cuando en realidad cerré la puerta. Pero bueno, no eres el único que me decepcionó, y sin duda alguna; sé que decepcione a varios también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario